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Profundiza en el misterio infinito de Dios a través de sus revelaciones. Día 18 la Reina del Cielo_Luisa Picarreta
La Virgen, cielo adornado de estrellas; en este cielo el Sol divino brilla con sus rayos fulgidísimos y llena Cielo y tierra. Jesús en el seno de su Mamá. Visita a santa Isabel; santificación de Juan.
SoraMois
5/18/20254 min read


🌟 Día Décimo octavo
Título: La Reina del Cielo en el reino de la Divina Voluntad.
La Virgen, cielo adornado de estrellas; en este cielo el Sol divino brilla con sus rayos fulgidísimos y llena Cielo y tierra. Jesús en el seno de su Mamá. Visita a santa Isabel; santificación de Juan.
📘 La Reina del Cielo en el Reino de la Divina Voluntad
🌸 Introducción
Hoy contemplamos a la Virgen como Cielo viviente, resplandeciente de estrellas divinas, donde el Sol del Verbo Eterno ha tomado morada. Jesús, ya presente en el seno de su Madre, comienza a irradiar su luz. En este día, la Reina del Cielo nos lleva de la mano hasta la casa de Isabel, donde la gracia de la Encarnación obra su primer milagro: la santificación de Juan Bautista.
✨ Lección de la Reina del Cielo
“Hijo, hija, tú debes saber que desde que fui concebida te amé como Madre, te sentía en mi corazón, ardía de amor por ti, pero no entendía el por qué; el Fiat Divino me hacía hacer los actos, pero me tenía oculto el secreto, pero en cuanto se encarnó me develó el secreto y comprendí la fecundidad de mi maternidad, que no sólo debía ser madre de Jesús, sino Madre de todos, y esta maternidad debía ser formada sobre la hoguera del dolor y del amor. Hijo, hija, ¡Cuánto te he amado y te amo!...”
“En cuanto llegué a ser Madre de Jesús y Madre tuya, mis mares de amor se duplicaron, y no pudiendo contenerlos todos, sentía la necesidad de expandirlos y de ser, incluso a costa de grandes sacrificios, la primera portadora de Jesús a las criaturas. Pero qué digo ¿sacrificios? Cuando se ama de verdad, los sacrificios, las penas, son refrigerios, consuelos y desahogos del amor que se posee…Si tú no pruebas el bien del sacrificio, si no sientes como él es causa de las alegrías más íntimas, es señal de que el amor divino no llena toda tu alma, y por lo tanto que la Divina Voluntad no reina como Reina en ti. Ella sola da tanta fuerza al alma, de volverla invencible y capaz de soportar cualquier pena. Pon la mano sobre tu corazón y observa cuántos vacíos de amor hay en él, reflexiona: aquella secreta estima de ti misma, aquel turbarte por cada mínima contrariedad, aquellos pequeños apegos que sientes a cosas y a personas, aquel cansancio en el bien, aquel fastidio que te causa lo que no te gusta, equivalen a otros tantos vacíos de amor en tu corazón, vacíos que, parecidos a la fiebre, te privan de la fuerza y del deseo de llenarte de Voluntad Divina.”
“Hijo, hija dame ahora la mano y sígueme. Partí de Nazaret acompañada de san José, afrontando un largo viaje…para ir a visitar en Judea a Isabel, que a avanzada edad, milagrosamente llegaba a ser madre. Yo…ardía en deseos de llevarle a Jesús…”
“Llegué finalmente a Judea, y presurosa me conduje a la casa de Isabel. Ella vino a mi encuentro festiva. Al saludo que le di sucedieron fenómenos maravillosos, mi pequeño Jesús exultó en mi seno y fijando con los rayos de la propia Divinidad al pequeño Juan en el seno de su madre, lo santificó, le dio el uso de la razón y le hizo conocer que Él era el Hijo de Dios. Juan entonces saltó tan fuertemente de amor y alegría, que Isabel se sintió sacudida, golpeada también ella por la luz de la Divinidad de mi Hijo, supo que Yo me había convertido en la Madre de Dios, y en el énfasis de su amor, temblando de gratitud exclamó: “¿De dónde a mí tanto honor, que la Madre de mi Señor venga a mí?”…
“Yo no negué el altísimo misterio, más bien lo confirmé humildemente.
Alabando a Dios con el canto del Magníficat, canto sublime por medio del cual continuamente la Iglesia me honra, anuncié que el Señor había hecho grandes cosas en Mí, su esclava, y por esto todas las gentes me habrían llamado bienaventurada…”
“Hijo, hija, la Divina Voluntad hace cosas grandes e inauditas dondequiera que Ella reina; si Yo obré tantos prodigios fue porque Ella tenía su puesto real en Mí. Si también tú dejas reinar al Divino Querer en tu alma, te convertirás también en portante de Jesús a las criaturas, y sentirás también tú la irresistible necesidad de darlo a todos.”
🕊️ Conclusión espiritual
La Virgen no se encierra en su gracia; se pone en camino. Ella es portadora de Jesús, luz que santifica aún no nacido. Su Fiat continúa obrando prodigios. Ella desea que también tú lo lleves a todos. ¿Quieres multiplicar a Jesús? Vive en la Divina Voluntad y porta todos los bienes del cielo.
🌼 Florecita del día
Hoy, para honrarme, agradecerás al Señor a nombre de todos porque se encarnó y se hizo prisionero en mi seno, dándome el gran honor de elegirme como Madre suya. Recitarás tres veces el Magníficat en agradecimiento por la visita que hice a santa Isabel.
💫 Jaculatoria
Mamá de Jesús, hazme de Mamá y guíame en el camino de la Voluntad de Dios, visita mi alma y prepara en ella una digna habitación a la Divina Voluntad.


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